El archivero catalàn que cambió los documentos en la Edad Media.
Próspero de Bofarull i Mascaró, director del Archivo de la Corona de Aragón, decidió, hacia 1847, reescribir el Llibre del Repartiment del Regne de València de la Edad Media con el objetivo de engrandecer y magnificar el papel que tuvieron los catalanes en la conquista del reino de Valencia de 1238.
Las primeras piedras del nacionalismo se edificaron sobre una invención. La de Próspero de Bofarull i Mascaró, barcelonés y director del Archivo de la Corona de Aragón, que decidió, hacia 1847, reescribir el Llibre del Repartiment del Regne de València de la Edad Media con el objetivo de engrandecer y magnificar el papel que tuvieron los catalanes en la conquista del reino de Valencia de 1238. Próspero suprimió en su edición fácsímil del histórico volumen apellidos aragoneses, navarros y castellanos para darle más importancia numérica a los catalanes.La manipulación, obra para más inri del hombre encargado de garantizar la integridad del archivo, era sólo el comienzo de una cadena de falsificaciones que pronto alimentaría la semilla del nacionalismo y construiría un relato distorsionado de la Historia de Cataluña. El descubrimiento, que ha pasado prácticamente desapercibido pese a su trascendencia, le supuso a Antonio Ubieto el enfrentamiento con compañeros catalanistas y ser objeto de amenazas. A las adulteraciones de Próspero de Bofarull se uniría la conveniente desaparición del testamento de Jaime I -legajo 758, según la antigua numeración- que establecía los límites de los reinos de Aragón, Valencia y Mallorca y del Condado de Barcelona. Y qué decir del Llibre dels Feyts [Hechos] d'Armes de Catalunya, falsamente considerado una joya de la literatura catalana medieval. Su autor, Joan Gaspar Roig i Jalpí (1624-1691), ejecutó un engaño extraordinario al asegurar que la obra, en realidad escrita por él en el siglo XVII, era una copia de un incunable de 1420 firmado por Bernard Boadas. El apócrifo ha sido usado como fuente para narrar la historia de la patria catalana durante siglos, hasta que en 1948 el medievalista y lingüista Miquel Coll y Alentorn descubrió el timo.La manipulación del independentismoEstas y otras manipulaciones ponen en evidencia cómo el independentismo catalán ha torcido la Historia a su antojo y que desde Cataluña pasen de largo sobre los retoques que el admirado archivero Próspero de Bofarull -un enorme retrato suyo decora la sede del Archivo de la Corona de Aragón, en Barcelona- hizo del Llibre del Repartiment. Fue el filólogo e historiador Antonio Ubieto quien denunció en los años 80 que Próspero de Bofarull había modificado el Llibre en el que se registraban las donaciones de casas o terrenos hechas por Jaime I a los que participaron en la conquista de Valencia descartando asientos que se referían a repobladores aragoneses, navarros y castellanos.
"Tras descubrir la manipulación de Bofarull, el historiador Ubieto y sus hijos fueron amenazados"
"Tras descubrir la manipulación de Bofarull, el historiador Ubieto y sus hijos fueron amenazados"
No en vano venía a derribar parte del mito catalán y a cuestionar la labor de quien es recordado como el erudito que reorganizó y puso en valor el archivo tras años de abandono. Próspero de Bofarull inició una saga familiar de renombrado prestigio en Cataluña. Su hijo Manuel Bofarull i de Sartorio (1816-1892), notable historiador, heredaría su cargo de archivero entre 1850 y 1892. Otro ilustre Bofarull es su sobrino Antonio Bofarull i Broca (1821-1892), historiador, poeta, dramaturgo y autor de Confederación catalano-aragonesa (1872), obra que también apuntalaría la senda nacionalista al conferirle al Condado de Barcelona el mismo estatuto que al reino de Aragón. Así, a la manipulación documental de Próspero, explica José Luis Corral Lafuente, profesor y miembro del departamento de Historia Medieval de la Universidad de Zaragoza, se añadió la "tergiversacion de conceptos". Porque este calificativo de "confederación" que lanzaba Antonio Bofarull derivaría pronto en otros de mayor calado.
Como el de "Corona Catalano-Aragonesa", término que se justificó por la unión, en 1150, del conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV, con Petronila, la heredera del rey de Aragón Ramiro II el Monje.
Como el de "Corona Catalano-Aragonesa", término que se justificó por la unión, en 1150, del conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV, con Petronila, la heredera del rey de Aragón Ramiro II el Monje.
Se trataba de una unión matrimonial y dinástica, pero nunca política, como asevera José Luis Corral Lafuente, autor de Historia contada de Aragón (2010): "El Condado de Barcelona era un estado soberano en el siglo X, con usos y leyes propias, pero nunca un reino". Pese a ello, la ilusión del reino catalán aún sigue vigente en la web de la Generalitat, que sobre el matrimonio de Berenguer IV y Petronila dice: "La unión, aplaudida por los nobles aragoneses, permitió que cada uno de los dos reinos conservara su personalidad política, sus leyes y costumbres...". Del archivero del siglo XIX al nacionalismo del XXI: la extensión de una mentira histórica.
Los registros manipulados por Próspero de Bofarull (1777-1859) del Llibre del Repartiment, no sólo tenían por objeto maquillar que los catalanes fueron minoría en la conquista y repoblación del reino de Valencia por detrás de aragoneses y navarros. Pretendían además cimentar la preeminencia de la lengua catalana sobre el valenciano, dando fuelle a que ésta habría surgido como influencia del catalán, tal y como explica a Crónica la filóloga María Teresa Puerto, alumna de Ubieto y autora de Cronología histórica de la Lengua valenciana (2007).
Perpetuar una historia falsa
Próspero de Bofarull reprodujo los documentos -con las omisiones- en su obra Colección de Documentos Inéditos de la Corona de Aragón, más conocida como CODOIN, editada entre 1847 y 1856, manual que se usó como referencia por muchos historiadores.
La importancia de estas manipulaciones del siglo XIX hay que enmarcarlas en el contexto del momento. Surgieron al calor de la Renaixença, movimiento de la recuperación de la lengua catalana, del que la familia Bofarull, sobre todo Antonio Bofarull i Broca, fue protagonista indiscutible. Los Renaxentistas, buscando una grandeza y una identidad nacional, impulsaron leyendas y mitos de la Edad Mediacomo germen del catalanismo. Un ejercicio de "historia presentista", como lo cataloga José Luis Corral Lafuente, consistente en proyectar los deseos del presente en el pasado. Entre las piezas de antaño que se recuperaron está el antes citado Llibre dels Feyts d'armes de Catalunya, una obra que narra la historia de Cataluña desde los tiempos más primitivos hasta el reinado de Alfonso V el Magnánimo (1396-1458) y que se había datado en 1420. Así se creyó hasta que en 1949 los medievalista Miquel Coll i Alentorn y Martí de Riquer desvelaron en Examen Lingüístico del Llibre dels Feyts d'armes de Catalunya que el verdadero autor era Joan Gaspar Roig i Jalpí (1624-1691) y que estaba escrito en el siglo XVII. El falsificador había tratado de emular el lenguaje del siglo XV pero no lo había logrado del todo.
El testamento desaparecido
Es una verdadera pena que la desaparición del primer testamento de Jaime I, de 1241. Su importancia reside en que era el único -hubo tres más en 1243, 1248 y 1262- en el que se establecían los límites de cada reino resultante de las conquistas del rey aragonés: los reinos de Aragón, Valencia y Mallorca y el condado de Barcelona. Se tiene constancia de parte de su contenido porque el historiador Jerónimo Zurita cita su contenido en Anales de la Corona de Aragón(1562 -1580). No está claro cuándo pudo perderse, o sustraerse, pero sí que en él no constaba ninguna intención por parte de Jaime I de otorgar a Cataluña otra consideración que no fuera la de condado feudal. Tras el ultimo testamento (1262), el condado de Barcelona siguió unido al reino de Aragón en la figura de Pedro II, hijo de Jaime I, y rey de Aragón y conde de Barcelona.
En paralelo a las manipulaciones se fueron construyendo otros mitos nacionales, como el de la propia senyera, bandera ahora de la comunidad autónoma de Cataluña. La cuatribarrada, propia del reino de Aragón, en tiempos de Jaime I no era ni siquiera una bandera, pues este es un concepto moderno, sino el emblema medieval de la casa de la Corona de Aragón, otorgado por el Papa a sus vasallos: cuatro barras doradas sobre fondo rojo.
El origen de su vinculación con el Condado Cataluña se atribuyó a la leyenda de Wifredo el velloso (840-897), fundador de la Casa Condal de Barcelona. Este caballero catalán habría sido herido tras socorrer a un emperador Franco en la batalla. Entonces el emperador mojó sus manos en la sangre de Wifredo y trazó sobre su escudo dorado las cuatro franjas. El medievalista catalán Martí de Riquer refutó la leyenda atribuyéndola a la "manía de buscar orígenes místicos en la heráldica" y, en concreto, a una crónica de 1555 del valenciano Pere Antón Beuter, que a su vez se habría inspirado en otro relato del castellano Hernán Mexia.
Mas relevante es el sitio de Barcelona en 1714 por parte de las tropas de Felipe V durante la Guerra de Sucesión (1701-1715). El historiador Ricardo García Cárcel cuestiona que el pueblo catalán se alzara en armas contra los castellanos. Lo define como una lucha entre los partidarios del borbón Felipe V y los del archiduque Carlos, de los Austria.
Rafael Casanova (1660-1743), un jurista que se erigió como defensor heroico durante ese sitio, fue exaltado también en la Renaixença del siglo XIX, cuando en 1863 se le dedicó una calle y después una estatua en Barcelona, en 1888, durante la Exposición Universal. Casanova, que aparece como figura central en el cuadro de Antoni Estruch i Bros, 11 de septiembre, enarbolando no la senyera sino la bandera de Santa Eulalia que identifica la ciudad Condal, defendió la causa del archiduque Carlos, y sobrevivió a la batalla para seguir ejerciendo como hombre de leyes hasta su muerte, en 1743.
Para historiadores como José Luis Corral Lafuente, la cascada de manipulaciones sólo han servido para restar credibilidad al rico legado de un condado que fue soberano e influyente sin necesidad de estas falsificaciones y leyendas más acordes con los anhelos de independencia del sector catalanista.
"Llibre del Repartiment del Regne de València",
Actualmente conservado en el Archivo de la Corona de Aragón, en Barcelona, y que el archivero Próspero de Bofarull falseó el siglo XIX, era el registro en el que los escribas de Jaime I anotaron las donaciones de casas o de tierras que el rey hizo a los aragoneses, catalanes, navarros, ingleses, húngaros italianos y franceses que participaron con él en la conquista de Valencia de 1238. Los bienes repartidos habían sido previamente expropiados a los musulmanes, quienes en su mayoría huyeron hacia el sur. Por aquellas fechas se calcula que en el Reino de Valencia vivían unas 200.000 personas mientras que los repobladores han sido cifrados por los especialistas en unos cuantos miles. El número de habitantes del reino, tras esta inmigración aragonesa y catalana, habría aumentado de esa manera un 5%. En el "Llibre del Repartiment" se puede leer la filiación del receptor de la vivienda o terreno y los bienes que se le asignan. Ante el predominio de apellidos castellanos y navarros, en 1847 Próspero de Bofarull tachó del histórico volumen algunos asientos y los sustituyó por nombres catalanes.
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Pròsper de Bofarull i Mascaró, director de l'Archiu de la Corona d'Aragó, va decidir, cap a 1847, reescriure el Llibre del Repartiment del Regne de Valéncia de l'Edat Mija en l'objectiu d'engrandir i magnificar el paper que varen tindre els catalans en la conquista del regne de Valéncia de 1238.
Les primeres pedres del nacionalisme es varen edificar sobre una invenció. La de Pròsper de Bofarull i Mascaró, barcelonés i director de l'Archiu de la Corona d'Aragó, que va decidir, cap a 1847, reescriure el Llibre del Repartiment del Regne de Valéncia de l'Edat Mija en l'objectiu d'engrandir i magnificar el paper que varen tindre els catalans en la conquista del regne de Valéncia de 1238. Pròsper va suprimir en la seua edició fácsímil de l'històric volum llinages aragonesos, navarresos i castellans per a donar-li més importància numèrica als catalans.La manipulació, obra per a més inri de l'home encarregat de garantisar l'integritat de l'archiu, era només el començ d'una cadena de falsificacions que pronte alimentaria la llavor del nacionalisme i construiria un relat distorsionat de l'Història de Catalunya, ficció que han aplegat fins als nostres dies.
Als #adulterament de Pròsper de Bofarull s'uniria la convenient desaparició del testament de Jaime I -legajo 758, segons l'antiga numeració- que establia
els llímits dels regnes d'Aragó, Valéncia i Mallorca i del Comtat de Barcelona. I qué dir del Llibre dels Feyts [Fets] d'Armes de Catalunya, falsament considerat una joya de la lliteratura catalana medieval. El seu autor, Joan Gaspar Roig i Jalpí (1624-1691), va eixecutar un engany extraordinari en assegurar que l'obra, en realitat escrita per ell en el sigle XVII, era una còpia d'un #incunable de 1420 firmat per Bernard Boadas. El apócrifo ha segut usat com a font per a narrar l'història de la pàtria catalana durant sigles, fins que en 1948 el *medievalista i llingüiste Miquel Coll i Alentorn va descobrir la clavada.
La manipulació del independentisme estes i atres manipulacions posen en evidència cóm l'independentisme català ha endoblegat l'Història al seu antoix i que des de Catalunya passen de llarc sobre els retocs que l'admirat archivero Pròsper de Bofarull -un enorme retrat seu decora la sèu de l'Archiu de la Corona d'Aragó, en Barcelona- va fer del Llibre del Repartiment. Va ser el filòlec i historiador Antonio Ubieto qui va denunciar en els anys 80 que Pròsper de Bofarull havia modificat el Llibre en el que es registraven les donacions de cases o terrenys fetes per Jaime I a els que varen participar en la conquista de Valéncia descartant assents que es referien a repobladores aragonesos, navarresos i castellans.
"Despuix de descobrir la manipulació de Bofarull, l'historiador Ubieto i els seus fills varen ser amenaçats"
El descobriment, que ha passat pràcticament desapercebut pese a la seua transcendència, li va supondre a Antonio Ubieto l'enfrontament en companyers catalanistes i ser objecte d'amenaces.
No en va venia a derribar part del mit català i a qüestionar la llabor de qui és recordat com l'erudit que va reorganisar i va posar en valor l'archiu despuix d'anys d'abandó. Pròsper de Bofarull va iniciar una saga familiar de renombrat prestigi en Catalunya. El seu fill Manuel Bofarull i de Sartorio (1816-1892), notable historiador, heretaria el seu càrrec de archivero entre 1850 i 1892. Un atre ilustre Bofarull és el seu nebot Antonio *Bofarull i Broca (1821-1892), historiador, poeta, dramaturc i autor de Confederació catalano-aragonesa (1872), obra que també apuntalaría la senda nacionalista en conferir-li al Comtat de Barcelona el mateix estatut que al regne d'Aragó. Aixina, a la manipulació documental de Pròsper, explica José Luis Corral Lafuente, professor i membre del departament d'Història Medieval de l'Universitat de Saragossa, es va afegir la "tergiversacion de conceptes". Perque este calificatiu de "confederació" que llançava Antonio Bofarull derivaria pronte en uns atres de major calat.
Com el de "Corona Catalano-Aragonesa", terme que es va justificar per l'unió, en 1150, del comte de Barcelona, Ramón Berenguer IV, en Petronila, l'hereua del rei d'Aragó Ramiro II el Monge.
Es tractava d'una unió matrimonial i dinàstica, pero mai política, com assevera José Luis Corral Lafuente, autor d'Història contada d'Aragó (2010): "El Comtat de Barcelona era un estat sobirà en el sigle X, en usos i lleis pròpies, pero mai un regne". Pese a això, l'ilusió del regne català encara seguix vigent en la @web de la Generalitat, que sobre el matrimoni de Berenguer IV i Petronila diu: "L'unió, aplaudida pels nobles aragonesos, va permetre que cada u dels dos regnes conservara la seua personalitat política, les seues lleis i costums...". Del archiver del sigle XIX al nacionalisme del XXI: l'extensió d'una mentira històrica.
"Un atre mit és el de la Senyera
Els registres manipulats per Pròsper de *Bofarull (1777-1859) del Llibre del Repartiment, no només tenien per objecte *maquillar que els catalans varen ser minoria en la conquista i repoblament del regne de Valéncia per darrere d'aragonesos i navarresos. Pretenien ademés cimentar la preeminència de la llengua catalana sobre el valencià, donant mancha a que esta hauria sorgit com a influència del català, tal i com explica a Crònica la filòloga María Teresa Port, alumna de *Ubieto i autora de Cronologia històrica de la Llengua valenciana (2007).
Perpetuar una història falsa
Pròsper de Bofarull va reproduir els documents -en les omissions- en la seua obra Colecció de Documents Inèdits de la Corona d'Aragó, més coneguda com *CODOIN, editada entre 1847 i 1856, manual que es va usar com a referència per molts historiadors.
L'importància d'estes manipulacions del sigle XIX cal emmarcar-les en el context del moment. Varen sorgir a la calor de la *Renaixença, moviment de la recuperació de la llengua catalana, del que la família Bofarull, sobretot Antonio Bofarull i Broca, va ser protagoniste indiscutible. Els Renaxentistes, buscant una grandea i una identitat nacional, varen impulsar llegendes i mits de l'Edat Mija como germen del catalanisme. Un eixercici de "història presentista", com ho cataloga José Luis Corral Lafuente, consistent en proyectar els desijos del present en el passat. Entre les peces d'antany que es varen recuperar està l'abans citat Llibre dels Feyts d'armes de Catalunya, una obra que narra l'història de Catalunya des dels temps més primitius fins al regnat d'Alfonso V el *Magnánimo (1396-1458) i que s'havia datat en 1420. Aixina es va creure fins que en 1949 els medievalista Miquel Coll i Alentorn i Martí de Riquer varen desvelar en Examen Llingüístic del Llibre dels Feyts d'armes de Catalunya que el verdader autor era Joan Gaspar Roig i Jalpí (1624-1691) i que estava escrit en el sigle XVII. El falsificador havia tractat d'emular el llenguage del sigle XV pero no ho havia conseguit del tot.
El testament desaparegut
És una verdadera pena que la desaparició del primer testament de Jaime I, de 1241. La seua importància residix que era l'únic -va haver tres més en 1243, 1248 i 1262- en el que s'establien els llímits de cada regne resultant de les conquistes del rei aragonés: els regnes d'Aragó, Valéncia i Mallorca i el comtat de Barcelona. Es té constància de part del seu contingut perque l'historiador Jerónimo Zurita cita el seu contingut en Anals de la Corona d'Aragó(1562 -1580). No està clar quàn va poder perdre-se, o sostraure's, pero sí que en ell no constava cap intenció per part de Jaime I d'otorgar a Catalunya una atra consideració que no fora la de comtat feudal. Despuix de l'ultime testament (1262), el comtat de Barcelona va seguir unit al regne d'Aragó en la figura de Pedro II, fill de Jaime I, i rei d'Aragó i comte de Barcelona.
En paralel a les manipulacions es varen ser construint atres mits nacionals, com el de la pròpia senyera, bandera ara de la comunitat autònoma de Catalunya. La cuatribarrada, pròpia del regne d'Aragó, en temps de Jaime I no era ni tan sols una bandera, puix este és un concepte modern, sino l'emblema medieval de la casa de la Corona d'Aragó, otorgat pel Papa als seus vassalls: quatre barres dorades sobre fondo roig.
"Els 'Renaixentistes' del XIX buscant una grandea i una identitat nacional varen impulsar llegendes i mits de l'Edat Mija"
L'orige de la seua vinculació en el Comtat Catalunya es va atribuir a la llegenda de Wifredo el velloso (840-897), fundador de la Casa Comtal de Barcelona. Este cavaller català hauria segut ferit despuix de socórrer a un emperador Franco en la batalla. Llavors l'emperador va mullar les seues mans en la sanc de Wifredo i va traçar sobre el seu escut dorat les quatre franges. El *medievalista català Martí de Riquer *refutó la llegenda atribuint-la a la "mania de buscar orígens místics en l'heràldica" i, en concret, a una crònica de 1555 del valencià Pere Antón *Beuter, que a la seua volta s'hauria inspirat en un atre relat del castellà Hernán *Mexia.
Mes rellevant és el lloc de Barcelona en 1714 per part de les tropes de Felipe V durant la Guerra de Successió (1701-1715). L'historiador Ricardo García Presó qüestiona que el poble català s'alçara en armes contra els castellans. Ho definix com una lluita entre els partidaris del *borbón Felipe V i els de l'archiduc Carlos, dels Àustria.
Rafael Casanova (1660-1743), un juriste que es va erigir com a defensor heròic durant eixe lloc, va ser exaltat també en la *Renaixença del sigle XIX, quan en 1863 se li va dedicar un carrer i despuix una estàtua en Barcelona, en 1888, durant l'Exposició Universal. Casanova, que apareix com a figura central en el quadro d'Antoni Estruch i Bros, 11 de setembre, arborant no la senyera sino la bandera de Santa Eulalia que identifica la ciutat Comtal, va defendre la causa de l'archiduc Carlos, i va sobreviure a la batalla per a seguir eixercint com a home de lleis fins a la seua mort, en 1743.
Per a historiadors com José Luis Corral Lafuente, la cascada de manipulacions només han servit per a restar credibilitat al ric llegat d'un comtat que va ser sobirà i influent sense necessitat d'estes falsificacions i llegendes més concordes en els anhels d'independència del sector catalaniste.
"Llibre del Repartiment del Regne de Valéncia"
Actualment conservat en l'Archiu de la Corona d'Aragó, en Barcelona, i que el *archivero Pròsper de *Bofarull va falsejar el sigle XIX, era el registre en el que els escrigues de Jaime I varen anotar les donacions de cases o de terres que el rei va fer als aragonesos, catalans, navarresos, anglesos, hongaresos italians i francesos que varen participar en ell en la conquista de Valéncia de 1238. Els bens repartits havien segut prèviament expropiats als musulmans, els qui en la seua majoria varen fugir cap al sur. Per aquelles dates es calcula que en el Regne de Valéncia vivien unes 200.000 persones mentres que els *repobladores han segut sifrats pels especialistes en uns quants mills. El número d'habitants del regne, despuix d'esta immigració aragonesa i catalana, hauria aumentat d'eixa manera un 5%. En el "Llibre del Repartiment" es pot llegir la filiació del receptor de la vivenda o terreny i els bens que se li assignen. Davant el predomini de llinages castellans i navarresos, en 1847 Pròsper de Bofarull va tachar de l'històric volum alguns assents i els va substituir per noms catalans.
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