A EURO por Isabel Rubio (Ixxa Catiro-Torres Blaves ®)
Después de empeñarnos 30 años con hipotecas de pisos que duramente hemos podido pagar algunos, otros no , el españolito corriente, el valenciano de clase media trabajadora, aun no hemos aprendido que nadie da duros a cuatro pesetas ni euro por dólar.
Después de empeñarnos 30 años con hipotecas de pisos que duramente hemos podido pagar algunos, otros no , el españolito corriente, el valenciano de clase media trabajadora, aun no hemos aprendido que nadie da duros a cuatro pesetas ni euro por dólar.
En la dura batalla de la política, las hipotecas se hacen vida y el vivir hipotecado una profesión. Todos hemos visto o conocemos a quien lejos de hacer carrera en política convierte, la política en carrera, en una meta y fin que no llega, y si es loable, si la finalidad es el bien común que tanto promulgaba Platón en la clase politica, sería lícito, pero normalmente no lo es.
Estos días, en época de elecciones hemos conocido casos de "politovividores", que su único fin es seguir cobrando de las arcas sin acumular en conciencia mancha alguna. Gente o gentuza, que llevando toda la vida en política nada le importa pasar del puño en alto a meterse sin ningún tipo de vergüenza la mano en el bolsillo, el de todos, o que llevando toda su carrerita política, defendiendo el más cruento de los negros se atrinchera como perro mordedor en el más inmaculado y radiante blanco, cual novia virginal limpia de toda mácula habiendo vendido en su tenderete a toda su parentela.
Esta clase de persona, antes cuando aun eramos simples y llanos les llamábamos vividores, hoy chaqueteros aclamados por quien los ficha y paga como madame en el peor y rastrero de los burdeles.
Señores, sigan cobrando, sigan saltando, lo próximo que les queda para poder seguir viviendo de todos nosotros es tener una lista de precios, donde claro esta tienen que dedicar una tarifa a vender su dignidad.
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Despuix d'empenyorar-nos 30 anys en hipoteques de pisos que durament hem pogut pagar alguns, uns atres no , el espanyolet corrent, el valencià de classe mija treballadora, encara no hem deprés que ningú dona durs a quatre pessetes ni euro per dólar.
En la dura batalla de la política, les hipoteques es fan vida i el viure hipotecat una professió. Tots hem vist o coneixem a qui llunt de fer carrera en política convertix, la política en carrera, en una meta i fi que no aplega, i si és lloable, si la finalitat és el ben comú que tant promulgava Platón en la classe política, seria lícit, pero normalment no ho és.
Estos dies, en época d'eleccions hem conegut casos de "politovividors", que el seu únic fi és seguir cobrant de les arques sense acumular en consciència taca alguna. Gent o gentola, que portant tota la vida en política res li importa passar del puny en alt a ficar-se sense cap tipo de vergonya la mà en la bojaca, el de tots, o que portant tota la seua carrereta política, defenent el més cruent dels negres s'atrinchera com a gos mossegador en el més inmaculat i radiant blanc, com nóvia virginal neta de tota màcula havent venut en el seu tenderet a tota la seua parentela.
Esta classe de persona, abans quan encara erem simples i plans els cridàvem vividors, hui chaqueters aclamats per qui els ficha i paga com a madame en el pijor i rastrero dels bordells.
Senyors, seguixquen cobrant, seguixquen botant, lo pròxim que els queda per a poder seguir vivint de tots nosatres és tindre una llista de preus, on clar esta tenen que dedicar una tarifa a vendre la seua dignitat.
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